La Historia
Cal Xirricló es hoy regentado por la tercera generación de la familia Molins, conocida en la comarca por la cocina de las tapas, las comidas caseras y últimamente por una fabulosa cocina de autor.
La historia de Cal Xirricló va ligada a la crónica de la segunda mitad del siglo XX de Balaguer.
Sin embargo, la relación entre comida y la capital de la Noguera es un tópico famoso en los dichos populares cuando escuchamos aquello de «Si vas a Balaguer, desayuna primero». Tal y como relata el escritor, José Aznar Solé en el primer volumen de «Balaguerins» alguien añadió «Si vas a Balaguer y no vas a Cal Xirricló es como si no hubieras estado».
Todo comenzó en 1954 cuando el balagariense José Molins y Solé abrió una pequeña bodega en la calle Santa Ana, en el centro de la ciudad, junto con su esposa Antonieta Brescó y su hija Rosita. Sus guisos y tapas comenzaron a atraer clientela de todo tipo, sobre todo los sábados, día de mercado en Balaguer.
En 1962, el señor Molinos traslada su negocio en la calle la Escala, situado también en el barrio antiguo de Balaguer, pero entonces es su hijo, Salvador Molinos quien se pone al frente del negocio y consigue dar un nuevo impulso a la taberna. El local se convierte en un punto de encuentro obligado para los de Balaguer a la hora de hacer el vermut. Feriantes, agricultores y vendedores convierten Cal Xirricló en un punto de referencia.
Con el tiempo, la esposa del Salvador, Rosa Rúbies, deviene la primera cocinera del restaurante siguiendo los pasos de su suegra. El éxito gastronómico, sin embargo, se ve truncado, en 1995, con la muerte del Salvador Molins y su hijo mayor. Es entonces cuando la Rosa se ve obligada a ponerse al frente del negocio ya seguir adelante con el restaurante. Llegamos a finales del siglo XX y el local de la calle la Escala acaba quedando pequeño debido al volumen de clientela.
En julio de 2000 y ante el progresivo deterioro del barrio antiguo de la ciudad, el restaurante se trasladado a la parte nueva de Balaguer, en la calle Doctor Fleming. Un amplio local decorado con elementos rústicos y modernos. Un escenario agradable para comer con intimidad, para hacer comidas familiares o encuentros empresariales. Actualmente es el hijo pequeño de la Rosa y Salvador, Francisco, quien junto con su madre regentan la nueva etapa de un negocio familiar que sigue perdurando de generación en generación.